Resumen
El objetivo del artículo es discutir la influencia de los factores ambientales y biológicos en el desarrollo y expresión de la agresión en cerdos. La distribución inadecuada de recursos es un incentivo para la competencia y las competencias agresivas son particularmente impulsadas cuando estos recursos son defendibles. Por consiguiente, la introducción de recursos básicos o adicionales se debe esparcir de manera cuidadosa: se dieron menos peleas en grupos más grandes, ya que los individuos tienen menos oportunidades para monopolizar los recursos; no obstante, aumentar el tamaño del grupo puede incrementar el riesgo de conductas perjudiciales. Una mayor disponibilidad de espacio parece proporcionar la oportunidad de escapar de o evitar interacciones aversivas. Las interacciones agresivas al mezclarlos parecen ser necesarias para evaluar las capacidades competitivas de individuos desconocidos y para el posterior establecimiento de una jerarquía social. Por lo tanto, la exposición previa y la gradual introducción de un nuevo individuo facilitarán su evaluación y ayudará a reducir las incidencias de agresión. Los cerdos residentes parecen ser más propensos a atacar que los intrusos, ya que generalmente están muy motivados para defender sus recursos. Separar y reunir a los cerdos parece ser un problema cuando se separan por más de una semanas, ya que la capacidad del cerdo de reconocer a los individuos está limitada por la memoria. Por lo tanto, solo se debe separar a los cerdos por periodos cortos. Es posible reducir la agresión introduciendo a individuos dominantes, ya sea macho o hembra. Las experiencias sociales adecuadas parecen preparar a los animales para que interactúen y se adapten adecuadamente a situaciones sociales futuras y a modular la agresión. En conclusión, es posible mejorar el bienestar de los cerdos mediante el control y la modificación del ambiente del animal y teniendo en cuenta, identificando y gestionando los factores biológicos que potencialmente influyen sobre la agresividad.