Resumen
Es plausible afirmar que Foucault siempre mantuvo una postura firme y de radical alejamiento frente a las ideas de Kant. Igualmente, cabe pensar que – en los desplazamientos de la obra foucaultiana– se alteró la postura escéptica del filósofo en relación con la filosofía crítica kantiana. Asimismo, sostiene Jon Simons en su obra Foucault and the Political (1995: 13) que es irónico que un filósofo con una reputación de anarquista, nihilista y opositor apocalíptico de la racionalidad, del humanismo y la Ilustración, haya fijado su atención en Kant como modelo para su crítica. Aunque, si se deseara encontrar un marco de referencia para el pensamiento foucaultiano, es decir, ¿dónde inscribirlo?: modernidad, postmodernidad, anarquismo, escepticismo radical; la mera tarea se haría problemática; sin embargo, conforme al propio Michel Foucault, “si cabe inscribirlo en la tradición filosófica, es en la tradición crítica de Kant y en la que su empresa (la de Foucault), podría denominarse una historia crítica del pensamiento.” De hecho, el mismo filósofo francés escribe que todo pensamiento moderno es, en cierto sentido, neo-kantiano. Por tanto, se pregunta Foucault, “¿acaso no fue Kant quien dijo: no se aprende filosofía, se aprende a filosofar?” (Morey, 1983: 19)