Resumen
Los modelos animales han sido empleados desde la antigüedad para el entendimiento de procesos fisiológicos y patológicos, y como línea de base para estudios en humanos, para contribuir así al mejoramiento en la calidad de vida de las personas. En las últimas décadas se ha avanzado considerablemente en la definición microbiológica y genética de estos biomodelos, en el desarrollo de instalaciones para su mantenimiento y, de forma paralela, se ha incrementado la preocupación por su bienestar, basándose en principios como los de las 3R (reemplazo, reducción y refinamiento). En la investigación de enfermedades infecciosas y, entre estas, en el grupo de las enfermedades zoonóticas, que siguen siendo la principal causa de mortalidad y discapacidad de personas en muchos países del mundo, los biomodelos animales han sido esenciales para el entendimiento de procesos fisiopatológicos, para el desarrollo de técnicas diagnósticas, así como para la prevención y control de enfermedades a través de la evaluación y desarrollo de nuevos tratamientos, terapias o vacunas. En la presente revisión se discuten aspectos históricos y técnicos de éstos biomodelos y se resalta su aporte a la investigación en un grupo de patologías infecciosas de importancia para la salud pública veterinaria.