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La principal riqueza con la que cuentan las organizaciones son las personas. El éxito de las personas en la empresa, su realización, su grado de motivación y su productividad dependen, en gran medida, de las características del entorno. Un entorno cálido, respetuoso y agradable; es decir, un ambiente humano, ayuda a que las instituciones alcancen más fácilmente sus propósitos corporativos y a que los trabajadores logren sus objetivos individuales. La ética y la responsabilidad social facilitan la obtención de este tipo de ambiente. Partiendo de esta constatación, el artículo define el humanismo empresarial y ofrece orientaciones tendientes a humanizar la empresa