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La sociedad del ocio, como la llaman algunos, no es sólo un aumento del tiempo disponible después del trabajo y de las otras obligaciones sociales, sino también, una promoción de nuevos valores. En las sociedades más evolucionadas, esta promoción continúa obligando a nuestras sociedades a revisar cada vez más el equilibrio entre los valores del trabajo y los valores del ocio, entre los valores de la vida privada y la social, entre los de la sociedad y los del individuo. Los archivos, como un componente del patrimonio cultural, cuentan actualmente con un instrumento indiscutible: el de las nuevas tecnologías que no sólo facilitan las funciones de recibir, organizar y conservar, sino también la de difundir, a través de la cual se ejerce su acción cultural, y de esta forma se integran en la industria del ocio, abandonando la imagen de los archivos como entes estáticos, con funciones conservadoras y sin ningún dinamismo, el dinamismo ocio-trabajo-tecnologías, como una de las estrategias para abordar los cambios culturales, sociales, tecnológicos y profesionales del siglo XXI