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Guadalajara es hoy el centro de una de las 56 zonas metropolitanas de la república mexicana por su crecimiento poblacional y económico. Actualmente el proceso de metropolización que la ciudad lleva a cabo trae consigo un gran movimiento de participación ciudadana, lo cual es un hecho muy positivo. Como muchas ciudades de la Colonia española, Guadalajara fue fundada en el siglo xvi; sin embargo, no ha sido en particular una ciudad como Querétaro o Puebla, defensoras a ultranza de su patrimonio arquitectónico colonial. Más bien se ha concebido a sí misma como siempre moderna, en permanente innovación. El patrimonio moderno de Guadalajara se compone de obras muy significativas en el contexto nacional y de propuestas urbanas que le han dado identidad a la región occidental del país que representan la ruptura, la innovación y el progreso de la modernidad. Este artículo dará cuenta de la caracterización de una parte de la expresión de la modernidad en Guadalajara y los desafíos que se presentan para la conservación de este patrimonio y lo que pudiera encontrarse de positivo para buscar una nueva perspectiva en la práctica de la conservación en términos más amplios.