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El intercambio entre seres humanos cobra características especiales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre todo porque dentro del aula existe un comunicador dominante, investido de una autoridad que le permite determinar cómo y de hasta cuándo se producirá el acto comunicativo. Para investigar la situación real de la comunicación profesor-estudiante en el contexto de la universidad dominicana no solo se ha realizado una exhaustiva recopilación de información acerca de la comunicación didáctica, a la luz de los actuales paradigmas pedagógicos, sino que se han aplicado varios instrumentos cuantitativos y cualitativos de medición (encuestas abiertas y cerradas, celebración de grupos focales, entrevistas con profesores, estudiantes y especialistas) en dos universidades dominicanas: APEC2 e INTEC3. En el espacio universitario, donde debe predominar la formación profesional de estudiantes adultos, se podría creer que la tarea de desarrollar modelos educativos más democráticos (y, por tanto, esquemas de comunicación más horizontales entre el profesor y sus estudiantes) resulta fácil. La realidad parece desmentir tal suposición para el contexto dominicano. Existe, como nunca antes, una brecha generacional que afecta con fuerza despiadada la competencia comunicativa que pudieran poseer los profesores para intercambiar con sus estudiantes y cumplir su papel de formadores dentro de la sociedad. La brecha generacional y la resistencia de la universidad a reconocerla y tomar medidas frente a ella, traen como consecuencia que en la República Dominicana los protagonistas de la comunicación didáctica se desconozcan. Ni el profesor conoce a su estudiante ni éste conoce a su profesor.