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La preocupación acerca del cómo y en qué términos se vive con otros en sociedad, ha hecho de la convivencia un tema de especial consideración para quienes desde diversos campos disciplinarios, piensan y desean un vivir armónico u ordenado. La recurrencia de una conflictividad destructiva y de condiciones inequitativas, validan la pregunta perenne ¿podremos vivir juntos? En un ánimo de acopiar elementos de comprensión y de reflexión que nos acerquen a respuestas abiertas que no son absolutas, se presentan en este escrito tres consideraciones al respecto: la propuesta de asumir la convivencia como un problema de ordenamiento racional; la crítica del comunitarismo al proyecto de ordenamiento moderno; y una perspectiva que ve en la educación y la transformación emocional, la posibilidad de recuperar la armonía en la convivencia, que como impronta de nuestro linaje ha sido alterada por la cultura.